Joven

Joven
“Que nadie te menosprecie por tu juventud. Trata de ser el modelo para los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu amor, tu fe y tu vida irreprochable”. 1 Tim 4, 12

miércoles, 25 de enero de 2012

Servir a Dios



Y yo exclamé: "Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!"  Y Yavé me contestó: "No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe y proclamarás todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte, palabra de Yavé."    Jeremías 1:6-8.

Jeremías era joven y se espantó cuando Dios le confió una misión difícil.
Mas el Señor, que le envió, no admitía esta excusa: «Soy un muchacho».
Debía olvidar lo que en sí mismo era para fijarse únicamente en que era el escogido para hablar en lugar de Dios.
No tenía que inventar el mensaje, ni elegir a los oyentes, sino comunicar lo que Dios le ordenaba y hablar en el lugar que Dios le señalaba, y esto lo haría con una fortaleza que no era suya.
¿No es este el caso de muchos jóvenes que leemos estas líneas?
Dios sabe que eres joven, cuán mezquinos son tus conocimientos y experiencia; pero si Él te llama, no te pertenece a ti negarte a su divino llamamiento.
- Dios será glorificado en tu pequeñez.
- Aun cuando fueras más viejo que Matusalén, ¿de qué te servirán tus muchos años?
- Si fueras tan sabio como Salomón, tal vez te extraviarías como él.
- Cíñete a tu mensaje, y en esto consistirá tu sabiduría.
- Sigue tu orden de marcha y en eso consistirá tu prudencia.
Hoy se que nada me impedirá servir al Señor, ni la edad, ni mi educación ni mis problemas que pueden rodearme.
Señor, Gracias por darme la oportunidad de servirte y si tu me llamas, tú me capacitas. Hoy lo que anhelo más es ser obediente a ti. En el Nombre De Jesús. Amén.

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