Palabra de Dios
Jn 8, 12-20
Jesús volvió a hablar a los fariseos: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no es válido». Jesús les contestó: «Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; en cambio, vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y, si juzgo yo, mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí». Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre». Estas palabras las pronunció junto al arca de las ofrendas, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
Reflexión
En Melbourne la Madre Teresa de Calcuta fue a visitar a un anciano ignorado por todos:
"Su habitación estaba desordenada y sucia. Intenté limpiarla, pero él se opuso. '¡Déjala, está bien así!'. Había una lámpara magnífica, cubierta de polvo. Le pregunté: '¿Por qué no la enciendes?' Me contestó: '¿Para qué, si nadie viene a verme? Yo no la necesito.' Le dije entonces: '¿La encenderías si las hermanas te viene a visitar?' 'Sí, con tal que pudiera escuchar una voz humana en esta casa, la encendería.' Así se hizo".
Y contaba la Madre Teresa que con el tiempo le llegó a Calcuta una misiva con estas palabras:
" 'Dile a mi amiga que la lámpara que prendió en mi vida sigue encendida.' Estos son los seres a los que tenemos que amar. El dinero no basta. Ellos necesitan servicio y amor. Pongamos el amor por obra; empecemos por nuestra familia."
Enciende luces en un mundo oscuro con el amor y la bondad, la fe y la solidaridad. ¡Tu vocación es ser luz del mundo!
Gonzalo Gallo González
Oración
Cristo, luz del mundo que alumbras mi vida: que yo nunca viva en las tinieblas, sino que prefiera la luz. Así me conoceré como Tú me conoces y podré ser un día como Tú quieres que sea: compasivo, como el Padre es compasivo.
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