Joven

Joven
“Que nadie te menosprecie por tu juventud. Trata de ser el modelo para los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu amor, tu fe y tu vida irreprochable”. 1 Tim 4, 12

martes, 3 de abril de 2012



Señor, te cruzaste en mi camino,
y al pasar fijaste en mí Tu mirada.
Yo soy de los que te quieren sin haberte visto. 
Quiero imitarte y en tu imitación, encontrarte,
para poder decir a mis hermanos
lo que de ti he oído, he palpado.
Dame, Señor, el "sabor a ti" que Pablo poseía;
que pueda yo sentir tus sentimientos:
los que hicieron que dieras la vida en la cruz
y los que en el quehacer de cada día
fuiste casi insensiblemente entretejiendo. 
Enséñame tu modo de tratar a todos:
discípulos y niños,
leprosos, prostitutas y letrados;
enséñame a preparar junto a la mar
algo de comer a los cansados.
Ayúdame a descubrir
tu modo de estar presente en la mesa,
en el descanso, el desierto,
en el pozo, en el sueño.
Que aprenda, Señor, a tu lado,
a ser compasivo con el ciego del camino,
los pobres, los impuros...
que mis ojos aprendan a llorar el dolor de los amigos,
el rechazo del pueblo,
la angustia de la cruz, abandonado de todos.
Dame, Señor, la armonía de tu sencilla vida;
la que les hizo exclamar:
"Eres sincero con todos",
la que supo ser exigente contigo
y servicial con los otros.
Enséñame tu modo de mirar, como miraste a Pedro
para llamarle y levantarle;
como miraste con cariño al joven rico,
o con la verdad con que afrontaste
a los que quisieron injustamente condenarte. 
Deseo conocerte como eres;
tu imagen sobre mí, bastará para cambiarme;
Juan quedó subyugado, Pedro sobrecogido,
Herodes defraudado, Pilato atemorizado, 
Pablo convertido. 
Dame, Señor, a gustar el perdón 
que siempre me ofreciste, 
y ante tu Palabra sentir,
aliento para seguirte.
Enséñame, Señor, a proceder
como Tú procediste.

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