Y quien se
deja guiar por el Espíritu comprende que ponerse al servicio del Evangelio no
es una opción facultativa, porque advierte la urgencia de transmitir a los
demás esta Buena Noticia... Además, doce Apóstoles, hace ya dos mil años, han
dado la vida para que Cristo fuese conocido y amado. Desde entonces, el
Evangelio sigue difundiéndose a través de los tiempos gracias a hombres y
mujeres animados por el mismo fervor misionero. Por lo tanto, también hoy se
necesitan discípulos de Cristo que no escatimen tiempo ni energía para servir
al Evangelio.
Se
necesitan jóvenes que dejen arder dentro de sí el amor de Dios y respondan
generosamente a su llamamiento apremiante, como lo han hecho tantos jóvenes
beatos y santos del pasado y también de tiempos cercanos al nuestro... Les
aseguro que el Espíritu de Jesús los invita hoy a ustedes, jóvenes, a ser
portadores de la buena noticia de Jesús a sus coetáneos.
Benedicto XVI, Mensaje para la XXIII Jornada Mundial de la
Juventud - 20 de julio de 2007
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